lunes, 28 de julio de 2014

Una puerta se cierra...

Arrazola.

Ayer en la playa.

Hoy en el valle las nubes cubren los picos de las montañas que lo circundan. Llueve a ratos. El color plomizo que lo envuelve todo contrasta con el verde exuberante de árboles, plantas y la hierba que alfombra la tierra.

La noche se hace presente y el silencio se adueña... Apenas algún cencerro en la lejanía. Apenas los últimos cantos del petirrojo. Todo lo demás adormece.

La vieja iglesia de Arrazola anuncia, a través de su campana rota, las nueve. Su campanario se vislumbra en la última claridad del día.

Una puerta se cierra...

viernes, 18 de julio de 2014

...lo natural.

Un pequeño murciélago colgado a baja altura en una de las paredes de la casa donde vivo, en la calle principal del pueblo y frente al único bar abierto en estas fechas, marca una de las notas de la vida expresándose a sí misma. Otra serían mis dos nietas en la piscina pública, a las que hemos ido a ver, a punto de sentarse a comer... Otra la decisión de quedarnos en casa, tumbados en el sofá, sentado yo mientras escribo este pequeño texto... y observando cómo a pesar del tremendo calor que hace y el sol que luce, ¡está lloviendo!. Gotas gruesas de verano.

¿Hay algo más natural que un murciélago, unas niñas en la piscina, un sofá, unas gotas de lluvia en una calurosa tarde de verano? ¡Claro que sí! Hay infinidad de cosas naturales en la vida de cada uno. Alrededor de ella. Y en todas partes.

Apreciarlas o no, vivirlas o no, es cuestión enteramente de uno. Aunque he de reconocer que llegar a este punto de comprensión, realismo práctico, me ha llevado la mayor parte de mi vida.

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¡No sostengas opiniones acerca de nada!

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